dissabte, 17 de març del 2012


El siglo XVIII es un periodo convulso, de cambios sociales que marcan los orígenes de la época contemporánea. En el arte, se manifestarán una sucesión de sensibilidades, que van del rococó al Neoclasicismo, cuya veta común está en la conciencia, por primera vez, de que no hay principios universales, sino visiones subjetivas. El Rococó ensalza lo íntimo, el gusto por lo delicado; el neoclasicismo vuelve los ojos a la antigüedad clásica, aunque consciente de revivir una cultura pasada. Al mismo tiempo, el arte se vuelve más internacional, traspasa fronteras: Italia, Francia, Inglaterra, las colonias de ultramar...En lo referido a la moda es a partir de 1715 cuando surge el estilo refinado que se conoce con el nombre de rococó, caracterizado por una estética artificiosa que en ocasiones llegaba al exceso y la frivolidad. La corte francesa marcaba la moda y las tendencias, y numerosos pintores captaron este tipo de indumentaria, como Jean-Antoine Watteau o Maurice Quentin de la Tour. En la última década del siglo las tendencias cambiaron como consecuencia del triunfo de la revolución, adoptando una nueva estética como símbolo de los nuevos valores políticos y sociales.El siglo XVIII se caracteriza por la utilización de tejidos ligeros y claros, como sedas fabricadas en Lyon que sustituyen a las italianas que se produjeron durante todo el siglo XVII, en contraposición al aspecto más oscuro y lúgubre de los siglos anteriores y posteriores. Aunque las mujeres seguían llevando largos corsés en forma de cono (de moda durante los dos siglos anteriores), con la llegada de las sedas de colores claros y la capa suelta o mantua desapareció el aspecto plomizo del pasado. Las faldas sobre armaduras parecían flotar y ondear, y los plisados caían de los hombros eliminando la sensación de rigidez; numerosos volantes, encajes, cintas y flores artificiales completaban el conjunto…La moda en el siglo XVIII tuvo una fuerte influencia de los patrones franceses, tanto en los hombres como en las mujeres.Entendemos que los caballeros de sociedad empleaban calzones cortos con medias de seda y siempre llevaban chaqueta, la cual se fue reduciendo en tamaño según fue avanzando el siglo. Éstas llevaban pliegues laterales en la parte trasera y mangas algo estrechas.
















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